Bienvenidos a esta conjuración de verbos y mundanas inquietudes, a estos cánticos forjados en agua, a mis laberintos, a mi noche de pájaros...

20/1/09

FE

hombre nuevo:

su piel de páramo
abastece los caminos,
su semen-herrumbre
grita
una obstinación
de cadenas
que aguardan
el frío
de cada muerte
en cualquier época del año

absorbe
la vigilia
para despegarse
tanta niebla de los ojos
tanto arcano mayor
en el bolsillo

perturbado
por exceso de angustia
renace
todas las noches
para volver a creer
que la magia
todavía envuelve



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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Asombroso. La relacion que haces entre el contenido del poema y su titulo es digna de alabanza. Este poema, para mi, es digno de ser desmenuzado y analizado de a poco. Transmitis ideas especificas y contundentes, que clarifican una vision de la fe pocas veces vista. Felicidades, y continua trabajando asi.

Unknown dijo...

Letras diferentes para época diferente.Imponente forma de escribir.Felicidades por tu obra. Un abrazo de Antonia.

Joro dijo...

Iba a escribirte algo sobre el poema... Pero veo los comentarios y, no quiero polemizar, pero alguna cosa hay que decir... Siento una alienación con respecto a la poesía cuando es alabada en sí misma, de la que espero no seas victima, querida amiga. Tu poesía es hermosa, y sentida, y es lindo cuando te lo dicen.. Pero hay algo que dice, no sé, lo que escribis no sos vos, no es la humanidad, cuando importa en sí mismo. Y me pone en contradicciones la cosa y no, porque el poema ES en sí mismo desde que sale de nuestras venas y no es objeto precioso, porque es vida misma. Y la vida es bella, y en su belleza está lo horrible, pasando a hablar de tu bella poesía. La humanidad que se esconde cada día en, como dice Sabina, aquel callejón con-sin salida al que dan todos los bondis que nos tomamos. Lágrimas de plástico azul, amiga, son las que corren por mis mejillas cuando pienso en este hombre nuevo que somos. Y la magia nos envuelve, cada día, en cada cara enlagañada de abril y paradas de colectivo. Hay que saber verlo, ¿no? ¡Qué la poesía okupe las calles y se lo escupa en la frente!