-a la memoria de Sadako Sasaki-
de todas había elegido una: las más elemental,
la más sublime
aquella que permaneciera y atravesara los
umbrales del silencio
hubo cierta magia, cierto júbilo acurrucado en
los dedos
observó su vuelo de llovizna y colores
no dudó en cobijarla bajo su corazón sin
nombre
No hay comentarios:
Publicar un comentario