I
Los duendes del placer, a disposición de las hormigas, preguntaron:
- Quién no tiene un amor como plato del día?
- Quién no absorbe gotas en desdicha con un trozo de pan?
Tenemos la sangre del mundo a favor del mundo. Llevamos el sabor y la lujuria del caos en medio del pecho. Esto parece más un desgarro en cuentagotas que una mitología de luces.
II
Hoy vengo a dejar sobre el tablero cada uno de los corazones que aguardo. Hoy decido nacer entre la lluvia y la vendimia ostentando frutos frescos. Llegaremos tarde, lo sabemos. Pero si no hay remedio tampoco hay pozos de ternura.
III
Siempre nos queda alguna cosita enterrada en el tintero. Y es sabido que al por mayor los cuervos inundan la vigilia. Con tanto préstamo de pelos en la sopa a futuro, está claro que al derecho o al revés hay ciertos gritos y un adiós arqueándose, a ver si les mueve el dedito cuando saltan al sueño.
IV
Mire si será una belleza, que hasta los sapos juegan a la mancha. Mire si andará apurada, que en vez de, hace de cuenta que.
V
Podríamos inventar una perfecta noche de eurekas y plegarias – aleluya incluida- a nuestra santísima señora de las nubes desinfladas y los atrapasueños. Que no falte nadie. Que a nadie se le ocurra venir sin pijama de colores vivos y coleantes.
Los duendes del placer, a disposición de las hormigas, preguntaron:
- Quién no tiene un amor como plato del día?
- Quién no absorbe gotas en desdicha con un trozo de pan?
Tenemos la sangre del mundo a favor del mundo. Llevamos el sabor y la lujuria del caos en medio del pecho. Esto parece más un desgarro en cuentagotas que una mitología de luces.
II
Hoy vengo a dejar sobre el tablero cada uno de los corazones que aguardo. Hoy decido nacer entre la lluvia y la vendimia ostentando frutos frescos. Llegaremos tarde, lo sabemos. Pero si no hay remedio tampoco hay pozos de ternura.
III
Siempre nos queda alguna cosita enterrada en el tintero. Y es sabido que al por mayor los cuervos inundan la vigilia. Con tanto préstamo de pelos en la sopa a futuro, está claro que al derecho o al revés hay ciertos gritos y un adiós arqueándose, a ver si les mueve el dedito cuando saltan al sueño.
IV
Mire si será una belleza, que hasta los sapos juegan a la mancha. Mire si andará apurada, que en vez de, hace de cuenta que.
V
Podríamos inventar una perfecta noche de eurekas y plegarias – aleluya incluida- a nuestra santísima señora de las nubes desinfladas y los atrapasueños. Que no falte nadie. Que a nadie se le ocurra venir sin pijama de colores vivos y coleantes.
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